Ya todos sabemos que "toda forma de poder debe ser cuestionada". Y con eso, qué hacemos?

viernes, 8 de febrero de 2013

La violencia enmarcada en un modelo económico (que es, claro, político), enmarcado a su vez en un modelo de acumulación.


El método de la amenaza

Un miembro de la comunidad indígena Vilela en Tres Leones, ubicada a 150 kilómetros de la capital provincial, contó que un empresario simuló fusilarlo para amedrentarlo en medio de un conflicto por tierras. La denuncia del Movimiento Nacional Campesino Indígena.
Juan Santillán, miembro de la comunidad indígena Vilela en Tres Leones, ubicada a 150 kilómetros al noreste de la capital de Santiago del Estero, denunció haber sido atacado por un empresario y siete empleados de éste. Dijo que además de golpearlo, lo subieron a una camioneta, lo llevaron hasta un descampado y los hicieron caminar desnudo alrededor de mil metros y simularon fusilarlo con una escopeta. “Después me llevan nuevamente hasta la camioneta negra Hilux e intentan obligarme a subir. Me niego, me afirman nuevamente el caño de la escopeta en la espalda, (el empresario) me dice ‘te vamos a violar’. Me rebelo, ‘mátame ya, qué mierda’, le digo”, aseguró Santillán y agregó que lo dejaron ir si no volvía al lugar. Luego, amenazaron con matar a sus once hijos.
“Esta comunidad viene resistiendo y haciendo defensa pacífica del territorio ancestral que innumerables empresarios han pretendido usurpar desde el 2005. La violencia empresarial y policial aumentó con tal de amedrentar y desarticular el territorio”, afirmó en un comunicado el Movimiento de Campesinos de Santiago del Estero (Mocase). Allí se afirma que el hecho denunciado ocurrió el 30 de enero pasado, cuando Santillán estaba en el monte comunitario buscando leña y fue atacado por el empresario y un escuadrón integrado por siete empleados.
“Primero me apuntaron, me golpearon y tiraron al suelo, luego me ordenaron que me saque la ropa y a punta de escopeta el señor P. (el empresario) junto con sus cómplices, me llevaron por un camino... Me hacen caminar un kilómetro desnudo, paran y me dicen que abra la boca, quieren fusilarme con una escopeta 12/70 automática”, relató Santillán. Luego, lo habrían devuelto a la camioneta para amenazarlo una vez más: “Andate, pero no vuelvas más, si no los voy a matar a tus once hijos, uno a uno, como ratas”, le habría gritado el empresario.
La comunidad Vilela en Tres Leones, según un plano de Institucional Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), ocupa un territorio comunitario de 24.684,55 hectáreas, con amplias zonas de pastoreo, caza y recolección. El hecho ya fue denunciado ante la jueza Rosa Falco, comentó a este diario Cariló Olaiz, del Mocase. “Estas personas ya ocuparon un lugar hace más de un año, a punta de pistola, y montaron una casilla. La jueza Falco ordenó el desalojo y dictó una medida de no innovar que venció en noviembre pasado. Y un mes después volvieron”, dijo.
El empresario en cuestión, agregó, es oriundo de Río Tercero, Córdoba. “No sabemos bien qué es lo que quiere hacer en ese terreno que quiere ocupar y en el que metió entre 10 y 15 personas armadas. Probablemente lo utilice para agricultura o ganadería. El año pasado encontramos gente sembrando porotos, soja”, comentó Olaiz. El terreno que intentaría ocupar este empresario está en la parte norte del terreno comunitario, conocido como Pampa Charquina, donde hay una serie de caminos rurales, muy transitados porque son abiertos al resto de los población.
“Desde la comunidad de Tres Leones se han hecho más de 50 denuncias en la policía, en los juzgados y organismos del Estado provincial como la Dirección de Bosques dependiente del ministro de la Producción, Luis Gelid, y en otros ámbitos, por los hechos de violencia contra las familias que habitamos el territorio”, sostuvieron en el comunicado de Mocase y acusaron a la policía de Tintina, en el departamento de Moreno, de hacer “adicionales para los empresarios”.
Desde el Mocase denuncian que por negligencia de la policía provincial, “no hay investigación para dar con las pruebas a la vista de armas que portan los sicarios, no dan con nuestros animales robados, nada hacen por las amenazas que sufren nuestros hijos e hijas, continúan cortados caminos vecinales por los campamentos de bandas armadas que custodian una topadora que realiza desmontes y deslindes en nuestro territorio”.