Ya todos sabemos que "toda forma de poder debe ser cuestionada". Y con eso, qué hacemos?

martes, 29 de diciembre de 2009

Más y más

Para aquellos a los que les interesó este post, acá tenemos una nueva:

El Ministerio de Agricultura argentino aprueba una variedad de maíz genéticamente modificado a transnacional

Tiempo después de los acontecimientos políticos relacionados con los empresarios agroganaderos que pusieron en zozobra al gobierno de Cristina Kirchner en marzo de 2008 y concluyera en una importante pérdida de caudal electoral en las parlamentarias de junio de 2009, el gobierno argentino refuerza su errática política de alianzas con el agro-capitalismo.

Lejos de revertir (o al menos detener) el poderío económico de las empresas extranjeras dedicadas a la creación genética, producción y comercialización de alimentos, el Ministerio de Agricultura argentino aprobó recientemente una variedad transgénica de maíz en favor de la transnacional Syngenta: se trata del evento biotecnológico apilado Bt11xGA21.

El secretario de agricultura argentino y hasta hace poco decano de la Facultad de Agronomía de la UBA, Lorenzo Basso, y el director de la división semillas de Syngenta para América Latina, Antonio Aracre, participaron entre otros, del acto administrativo aprobatorio. La decisión fue anunciada en Basilea por Davos Pirk, jefe de la división de granos de Syngenta, quien dijo “estar complacido por la aprobación”.

El Maíz, Zea mays L., combina simultáneamente tolerancia a herbicidas y resistencia a insectos. El GA21 confiere tolerancia al glifosato y el Bt11 resiste a insectos Lepidópteros. El maíz será parte de las cosechas de la temporada 2010-2011 y ha sido aprobado en Estados Unidos, Canadá y desde noviembre de 2009 en Brasil.

La empresa de capitales suizos favorecida por la aprobación de la semilla entrará en el negocio que ya Monsanto tenía hace dos años, al ser aprobado por el gobierno de Cristina Kirchner, su propio “evento apilado”.

En Argentina, varias empresas transnacionales cuentan con autorización de comercialización para diferentes “materiales y productos derivados”, así llamados, que son modificaciones genéticas de la soja (Nidera), el algodón (Monsanto), y otras variedades de maíz (CibaGeigy, Monsanto, AgrEvo, Novartis Agrosem, Dow AgroSciences y Pioneer).

Las Agro-transnacionales fueron las principales beneficiarias de 2.000 millones de dólares (que quedaron en manos de los privados) a través del recordado voto “no positivo” en el Senado argentino, cuando el actual opositor vicepresidente Julio César Cleto Cobos, propinara un fulminante “golpe parlamentario” a las políticas de Néstor Kirchner y Cristina Fernández.


Fuente

martes, 22 de diciembre de 2009

Apuntes sobre el progreso.

Sigo leyendo siempre las incontables defensas de las injusticias perpetradas contra la vida de los habitantes de este planeta que se esconden tras la idea de “progreso” y particularmente de “progreso económico”.

En números, la defensa siempre tiene que ver con el incremento del PBI, el empleo y los beneficios[1].

Parapetados en el incremento del PBI[2], un indicador que sólo habla de montos totales, y no de distribución del ingreso, ni de la devastación ambiental que ese incremento puede significar para la tierra.

Un ejemplo:

Los ingenios azucareros en el norte argentino, trajeron, según los datos que quedan en las historias económicas del país, el progreso de la región. El incremento en el nivel de exportaciones sumó a los indicadores macroeconómicos el total de las operaciones llevadas a cabo por la producción azucarera[3]. Así, los libros de historia registraron que los ingenios representaban un progreso para la nación.

Del otro lado de esa historia, quedaron las voces silenciadas de los aborígenes. Comunidades enteras sumidas en la deuda para luego ser obligadas a un trabajo esclavo, que les dejaba como ganancia sólo más deudas, forzándolos a volver a la siguiente zafra[4]. El tiempo esclavo que obligó a los aborígenes de las cumbres derivó en la imposibilidad de mantener las terrazas de cultivo, el sustento comunitario creado y sostenido por centurias de trabajo continuo. Las terrazas destruidas llevaron a los aluviones que cortaron cauces de ríos, sepultaron casas, destruyeron vidas.

Del lado del progreso quedaron las ganancias de los regentes de los ingenios, hoy en las arcas de las familias patricias. Algunas hoy venidas a menos. Todas obtenidas con la sangre del pueblo. Del otro lado, quedaron las terrazas destruidas, las comunidades devastadas, el hambre padecido.

Así, la palabra progreso va tomando una semántica restringida: se refiere al progreso en términos estadísticos de algunos números de las finanzas nacionales, sin tomar en cuenta la distribución del ingreso, y casi siempre sosteniendo la secular idea de que los que tienen más, tienen que ganar más.

Las inversiones de las corporaciones extranjeras, con su lucha constante contra la organización sindical, serán bienvenidas bajo la idea del progreso.

En estos días nos vamos enterando que esa restringida idea de progreso lleva a firmar decretos para pagar una deuda que no deja de ser ilegítima, aunque legal. El monto es el doble de lo destinado a la asignación “universal” por hijo y casi el mismo que el destinado a educación. En otras palabras, se pagan intereses de deuda ilegítima con el doble de dinero de lo que se invierte para una magra limosna para paliar el hambre (ver como pequeña muestra este y este artículo).

Estos pagos, harán que el país obtenga créditos a tasas más bajas tanto para el sector público como para el privado, dicen los diarios corporativos.

La oposición cuestiona el uso de reservas para el pago, no el pago mismo. Las publicaciones corporativas, una vez más se hacen eco de los límites que un modelo corporativo de economía plantea en la discusión, nunca de las voces que evidencian los límites reales.

La deuda sigue incuestionable, y tampoco se menciona la idea simple de que pedir más créditos (sin importar la tasa) lleva a una espiral sin fondo donde sólo puede haber más deuda.

Es evidente que nadie en la dirigencia política tiene verdadera voluntad de un progreso que tenga que ver siempre con la mejora de la calidad de vida de la población, sin destrozar toda posibilidad de futuro.

Les dejo una nota sobre cómo funcionaba el sistema de captura de los estados por la acumulación de deuda.

John Perkins on “The Secret History of the American Empire: Economic Hit Men, Jackals, and the Truth about Global Corruption”

John Perkins en “La historia secreta del Imperio Americano: Sicarios económicos, Chacales y la verdad sobre la corrupción global”

John Perkins, un integrante de esta monstruosa maquinaria, arrepentido habla sobre cómo la voluntad de los préstamos nunca fue la de mejorar las cosas en las naciones deudoras, sino someterlas. Todo desde el punto de vista de alguien que trabajó de ello. Las cosas que cuenta Perkins son sobre cuando él era parte de ellos, desde 1971 a 1981.

Algo habrá cambiado?



[1] Para una pequeña muestra que nos duele a diario:

Solá: defensa del progreso en pesca y agricultura de OMGs

Gioja: defensa de la minería

Santa Cruz: defensa de hidrocarburos.

[2] El PBI es el Producto Bruto Interno, lo que equivale a la sumatoria de los valores agregados de la economía. Lo que se traduce como la sumatoria de todo lo producido en un país (PBI nacional), región o provincia.

[4] Recomiendo ver “Río Arriba”: http://www.youtube.com/watch?v=57P4ZEst59A

jueves, 17 de diciembre de 2009

NOAM CHOMSKY: “The Unipolar Moment and the Culture of Imperialism”

Estudio: Los trabajadores del servicio sanitario en los hospitales crean más valor económico que los banqueros.

Un nuevo estudio de un Think Thank progresista Británico dice que trabajadores de bajos ingresos, como los del servicio sanitario hospitalario, tienen mucho más valor económico para la sociedad que los banqueros. El New Economics Foundation dice que los banqueros quitan 7 libras esterlinas de valor económico por cada libra esterlina que ganan. Por contraste, los trabajadores del servicio sanitario en los hospitales generan 10 libras de valor económico por cada libra que ganan. Los autores del estudio dicen que los descubrimientos sugieren que las estructuras de pago deberían recompensar a los trabajos que generen beneficios sociales, no ganancias.

Study: Hospital Cleaners Create More Economic Value than Bankers

And a new study from a progressive British think tank says low-income workers, such as hospital cleaners, have a far higher economic value to society than bankers. The New Economics Foundation says bankers take away seven British pounds for every one pound they earn. By contrast, hospital cleaners create ten pounds of economic value for every pound they earn. The study’s authors say the findings suggest pay structures should reward jobs that create societal benefit, not profit.


Fuente.

lunes, 14 de diciembre de 2009

El legado de 1989 en los dos hemisferios

por Noam Chomsky

En noviembre se cumplió el aniversario de los grandes acontecimientos de 1989: "el más importante año en la historia mundial desde 1945", como el historiador británico Timothy Garton Ash lo describió.

Este año "todo cambió", escribe Garton Ash. Las reformas en Rusia de Mikhail Gorbachov y su "renuncia impresionante del uso de la violencia" condujeron a la caída del muro de Berlín el 9 de noviembre y a la liberación de la Europa del Este de la tiranía rusa.

Los elogios son merecidos, los sucesos son memorables. Pero perspectivas alternativas pueden ser reveladoras.

La canciller alemana Angela Merkel proporcionó tal perspectiva –no intencionadamente− cuando nos instó a todos a "usar el inestimable don de la libertad para acabar con los muros de nuestro tiempo".

Una forma de seguir su buen consejo sería desmantelar el muro enorme, que empequeñece en escala y longitud el de Berlín, que ahora serpentea en territorio palestino violando la ley internacional.

El "muro de anexión", como debería ser llamado, está supuestamente justificado en términos de "seguridad", la racionalización por defecto para tantas acciones de estado. Si la seguridad fuese la cuestión, el muro habría sido construido a lo largo de la frontera y hecho inexpugnable.

El propósito de esta monstruosidad, construida con el apoyo de EEUU y la complicidad de Europa, es permitir a Israel apropiarse de valiosa tierra palestina y de los principales recursos acuíferos de la región, impidiendo así cualquier existencia nacional viable para la población indígena de la antigua Palestina.

Otra perspectiva sobre 1989 proviene de Thomas Carothers, un erudito que sirvió en los programas de "fortalecimiento de la democracia" en la administración del expresidente Ronald Reagan.

Después de revisar el expediente, Carothers concluye que todos los líderes de EEUU han sido "esquizofrénicos": apoyan a la democracia si se ajusta a los objetivos económicos y estratégicos de EEUU, como es el caso de los países satélite soviéticos, pero no de los estados que son clientes de EEUU.

Esta perspectiva está confirmada dramáticamente por la reciente conmemoración de los acontecimientos de noviembre de 1989. La caída del muro de Berlín fue celebrada con razón, pero hubo poquísima atención a lo que sucedió una semana después: el 16 de noviembre, en El Salvador, aconteció el asesinato de seis líderes intelectuales de América Latina, sacerdotes jesuitas, junto con su cocinera y su hija, por el batallón de elite Atlacatl, armado por EEUU, que acababa de renovar la formación en la Escuela de Guerra Especial JFK en Fort Bragg, Carolina del Norte.

El batallón y sus esbirros habían ya acumulado antecedentes sangrientos en El Salvador a lo largo de la truculenta década que empezó en 1980 con el asesinato, a manos de muchos de los mismos implicados [de 1989], del arzobispo Oscar Romero, conocido como "la voz de los sin voz".

Durante la década de la "guerra contra el terrorismo" declarada por la administración Reagan, el horror fue similar en toda América Central. El reino de la tortura, del asesinato y de la destrucción en la región dejó cientos de miles de muertos.

El contraste entre la liberación de los países satélite soviéticos y el aplastamiento de la esperanza en los estados cliente de EEUU es llamativo e instructivo, incluso más cuando disponemos de mayor perspectiva.

El asesinato de los intelectuales jesuitas puso fin virtualmente a la "teología de la liberación", el renacimiento del cristianismo cuyas modernas raíces se encuentran en las iniciativas del Papa Juan XXIII y del Concilio Vaticano II que abrió en 1962.

El Concilio Vaticano II "marcó el comienzo de una nueva era en la historia de la Iglesia Católica", escribió el teólogo Hans Kung. Los obispos latinoamericanos adoptaron "la opción preferente por los pobres".

Así, los obispos renovaron el pacifismo radical de los Evangelios que había sido silenciado cuando el emperador Constantino estableció el cristianismo como religión del Imperio Romano: "una revolución" que en menos de un siglo convirtió a "la iglesia perseguida" en una "iglesia perseguidora", según Kung.

En el renacimiento post Vaticano II, los sacerdotes, monjas y laicos de América Latina llevaron el mensaje de los evangelios a los pobres y perseguidos, reuniéndolos en comunidades, y los alentaron a tomar su destino en sus propias manos.

La reacción a esta herejía fue una represión violenta. En el avance del terror y la carnicería, los practicantes de la teología de la liberación fueron un objetivo prioritario.

Entre ellos estaban los seis mártires de la iglesia cuya ejecución hace 20 años es ahora conmemorada con un silencio rotundo apenas roto.

El pasado mes en Berlín, los tres presidentes más implicados en la caída del muro − George H. W. Bush, Mikhail Gorbachov y Helmut Kohl− discutieron quién merecía más reconocimiento.

"Sé ahora cómo el cielo nos ayudó", dijo Kohl. George H. W. Bush elogió al pueblo de Alemania del Este que "fue privado por demasiado tiempo de sus derechos concedidos por Dios". Gorbachov sugirió que los Estados Unidos necesitan su propia perestroika.

No existe ninguna duda acerca de la responsabilidad de arrasar el intento de revivir la iglesia de los evangelios en América Latina durante la década de los 80.

La Escuela de las Américas (ya rebautizada como el Instituto del Hemisferio Occidental de Cooperación para la Seguridad) en el Fuerte Benning, Georgia, que entrena a los oficiales de América Latina, anuncia orgullosamente que el ejército de EEUU ayudó a "derrotar la teología de la liberación", asistido sin duda por el Vaticano, mediante el guante blanco de la expulsión y la represión.

La campaña lúgubre para invertir la herejía puesta en marcha por el Concilio Vaticano II recibió una incomparable expresión literaria en la parábola del Gran Inquisidor de Dostoievsky de Los hermanos Karamazov.

En este relato, ambientado en Sevilla en "el momento más terrible de la Inquisición", Jesucristo aparece de repente en las calles, "suavemente, desapercibido, y sin embargo, por extraño que parezca, todos lo reconocieron" y fueron "irresistiblemente atraídos hacia él".

El Gran Inquisidor "hizo que los guardias lo prendieran y lo llevaran" a la prisión. Allí se acusa a Cristo de venir a "obstaculizarnos" en la gran tarea de destruir las ideas subversivas de libertad y comunidad. Nosotros no te seguimos, el Inquisidor regaña a Jesús; seguimos a Roma y "la espada de Cesar". Buscamos ser los únicos gobernantes de la tierra para poder enseñar a las multitudes "débiles y viles" que "solamente serán libres cuando renuncien a su libertad por nosotros y se nos sometan". Entonces serán tímidos y asustadizos y felices. Así que mañana, dice el Inquisidor, "debo quemarte".

Finalmente, sin embargo, el Inquisidor cede y lo libera "en las callejuelas oscuras de la ciudad".

Los discípulos de la Escuela de las Américas regida por EEUU no ejercieron tal misericordia.

Traducción para www.sinpermiso.info: Daniel Raventós

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